Este reciente domingo 07 de abril, un numeroso grupo de amigos, familiares y compañeros de Manuel Soto Flandez, fallecido en Valdivia, el sábado 30 de marzo a los 76 años, se dio cita en Neltume, comuna de Panguipulli, para una emotiva ceremonia y posteriormente despedir sus cenizas, en el Puente sobre el río Fuy.

Su vida y trayectoria

Siendo estudiante de Ingeniería Forestal de la UACH, Universidad Austral de Chile y miembro fundador del MIR Valdivia, descubrió durante las prácticas de terreno de su carrera), la situación de despojo del país mapuche (Wallmapu) y las terribles condiciones de vida de los trabajadores madereros y de sus familias que en él vivían.  En la región cordillerana de Valdivia, Manuel (Chico Fausto), supo percibir el potencial revolucionario de la zona y también proyectar un proceso que fuera mucho más allá de la repartición de la tierra en pequeñas parcelas individualistas, como lo que propugnaba la reforma agraria impulsada por el gobierno de Frei: él fue ideólogo de lo que se transformaría en el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli, según algunos, una de las empresas más grandes de Chile.

A fines de 1970, las asambleas de trabajadores en toma, con la presencia de José Liendo Vera (el “compañero Pepe”) y otros compañeros, le dieron la razón a ese sueño cuando le manifestaron categóricamente a los ministros José Tohá y Jacques Chonchol que no habría devolución de los 16 fundos tomados inicialmente. Esa fuerza significó -en apenas tres meses y medio- la expropiación de casi toda la cordillera de la actual Región de Los Ríos (24 fundos, 400 mil hectáreas, que llegaron a tener cerca de 4 mil trabajadores). Así se formó en el innovador y exitoso proyecto productivo, diversificado, auto-gestionado, social, intercultural, y ecológico, llamado Complejo Forestal y Maderero Panguipulli (COFOMAP).

Ese sueño de un proyecto transformador, de un mundo radicalmente diferente, anidaba en la conciencia de muchos mapuches y trabajadores, además del joven ingeniero forestal Manuel Soto. Así  lo atestiguan las valientes palabras del obrero maderero Rudemir Saavedra a los militares que lo están arrestando, en Quebrada Honda el 12 de septiembre, cuando les dijo que “los demás no tenían nada que ver y que si alguien tenía que responder por algo sería él…[1]”. Pocos días después caía fusilado en Llancahue, junto a otros 12 trabajadores y compañeros del Complejo.

El sueño inconcluso, resucitado

En los conversatorios de la ceremonia algunos comentaron que esos sueños colectivos nunca mueren. Hoy mismo, 45 años después, cerca de dos mil antiguos trabajadores, familiares y descendientes se han organizado en varias Corporaciones[2] luchando por la reparación y restitución del Complejo.

El destierro y la experiencia de Africa

Manuel tuvo la suerte de sobrevivir cuando tantos cayeron, y salió al exilio a través de la embajada de Italia. Vivió un largo destierro que lo llevó a trabajar como experto forestal de la FAO, PNUD, Banco Mundial, USAID; en varios países hermanos de África. En Argelia, Mozambique, Angola, Guinea Bissau, Guinea Conakry, Santo Tome y Principe, Burkina Faso, Madagascar, utilizó la experiencia adquirida en el Complejo para impulsar reconocidos proyectos productivos y de transformación social. Siendo el que ha logrado más connotación hasta nuestros días, el realizado en Burkina Faso; en el cual desarrolló un Complejo Forestal.

Los testimonios

Al mediodía del domingo, en la sede del Museo Memoria de Neltume, se dio inicio a la ceremonia con las palabras de Angélica Navarrete, presidenta del Museo, Pedro Cardyn, Oscar Eltit, Ignacio Molina, Dr. Carlos Villarroel, su hija Paula, su sobrino, entre otros amigos y compañeros de Manuel de aquellos años.

En el monumento a los caídos

Posteriormente, los asistentes, unas cincuenta personas se dirigieron al monumento a los 81 caídos del Complejo Maderero, donde depositaron una ofrenda floral, mientras Genezaret Arcos ofrecía un recital con canciones coreadas por los presentes.  

En el puente del Río Fuy

Cerca de las cuatro de la tarde, la caravana se encaminó al cruce Lago Neltume. En el imponente puente sobre el río Fuy, en medio de la emoción de todas y todos, sus hijas y familiares esparcieron las cenizas de Manuel sobre las correntosas aguas, en ese lugar donde él había compartido la vida y los sueños de mapuches y trabajadores, en un momento de la historia durante el cual, como decía él, “los hombres vivieron de pie”.

Su hija Paula nos entregó el siguiente testimonio: “Haber participado en la creación del Complejo Maderero Panguipulli fue siempre su mayor orgullo y su mayor dolor, es justo que ahora vuelva a descansar entre las gentes y los paisajes que marcaron para siempre el hombre que fue”.

Panguipulli, 10 de abril de 2019

Comunicaciones GTMT (Grupo de Trabajo Memoria y Territorio)

 

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